Risas y sonrisas, encadenas unas y otras, se mezclan con suspiros.
El azotar no es una opcion, está, aparece y desaparece en un mar de manos y piel, pero no es su momento.
Aparece la boca, los dientes, la mirada extraña, el suspiro, pero no es el momento.
Surgen los sustos, el quizas, pero sigue el estremecimiento, el juego de placer, tampoco es su momento...
Habra que esperar, calmar las hambres y mirar los caminos... sin momentos...
Un saludo
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