Siempre pienso que hay días perdidos y noches vacías, incluso tardes donde el deseo y el placer solo son una forma de pasar horas y vaciar la mente. Otras veces, la tarde, la noche, las horas, son cortas...
Cuando rozar una piel solo despierta leves mariposas y el roce de la cuerda despierta recuerdos, maldades y tactos olvidados, tocarla y sentirla... el momento, los recuerdos y la experiencia fluyen por los dedos, surgen poco a poco...
Pasar unos minutos rodeando el cuerpo y ver sus marcas, apretar y ver la mueca, aflojarlas y sentir la sangre latir... Un ritmo lento, pausado, continuo, como el deseo, como el ritmo del cuerpo cuando me acerco, el ritmo de tu respiración... Pausada, lenta...
Continúa junto a mi, marcando el vaivén, marcando el deseo... Ese deseo que freno, que paro, que remontamos, que aceleramos poco a poco y sin parar, que continua mas allá del tiempo y la tarde, mas allá del deseo y el juego...
Todo es cuestión de continuar, de seguir probando, investigando, mordiendo, quizás lamiendo, besando o tapando la boca, que más da... todo es continuar...
Y el tiempo pasa y no te enteras, y la noche llega y sigues liando y desliando cuerpo, madejas y abrazos... Todo hace que lleguen los minutos y las horas, que no haya más charla que lo que sientes y despiertas, lo que remueven y descubres, lo que aprendes, lo que enseñas, lo que escondes y guardas para la próxima...
Pasa el tiempo y se te hace corto, un poco más y ya, un poco más y casi...
Un poco más...
Un saludo.
3 comentarios:
Y siempre se desea un poco más...
Me encanta tu blog, gracias :)
Gracias por seguirme.
Un saludo.
Gracias a ti por seguirme, pasaré a leerte.
Un saludo
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